Por: ÑOR ANTENOR AGÜERO RAMÍREZ
¡Salú| mis amigas y amigos de la red de Interné!
Les saluda su anfitrión de esta columnia: Antenor Sempronio Patroclo Timoteo de las Mercedes| de la Caridá del Cobre| del Perpetuo Socorro y de Nuestra Señora del Sagrao Retiro Agüero Ramírez| servidor suyo y de tuitica su familia.
Soy un humilde campesino del campo con las patas al suelo| amanto de las tradiciones positivas de mi querida Tiquicia.
El lugar dende el cual les escribo se llama: Piedra Azul de Olote Triste de Altura Fría de Vuelta Cruzada de Pantalón Luyío de Bestia Sonta de Chumical de San Juan Grande de Esparza… ¡Casi nada..!
Es la compañera de mi vida| mi esposa Yanuaria Dorotea del Espíritu Santo y de Nuestra Señora de La Candelaria Camacho Parajeles…
Con mi viejita linda| llevo poco más de 60 años de casoriao| y quien me dio 24 hijos vivos y uno medio baboso… pero no es culpa de él… Entonces tengo 25 hijos| 375 nietos| 723 bisnietos y cascaranietos| ¡en fin! Una milenta como descendencia…
Contacto con E.T.: Apertura de consciencia
Mis vivencias eran las del labriego sencillo que se friega la vida en el campo por unos cuantos pesos pa’ llevale el sustento diario a sus chacalines… Hasta que cierto día| me pasó algo que me descambió la jorma de pensar y de ser pa’ siempre…
Era domingo en la madrugada| venía este hijo’e mi mama con unos cuantos mechazos (tragos de licor) entre pecho y espalda| casi ni podía sosteneme en el lomo del caballo -el Sabio Salomón (así lo bauticé porque se lo había comprao a don Salomón Mora)-| cuando vide que el camino y todo se iluminó como si juera el mediodía… Se me ocurrió ver pa’ arriba y cuál no jue mi sorpriesa al ver como una luz de muerto grandisísima…
Me puse a pensar que aquello no era ni luna llena| ni cuarto menguante| que por la jorma -tal vez- podía ser cuarto aplanao| porque ¡viera usté qué carambada más destraña era aquella..! Medía como 200 varas de largo por 50 de anchor… A yo se me bajó el cuajo a los talones y quise salir juyendo| pero no pude| porque el caballo estaba paralizao de viaje… Lo que pasó endespués| es historia…
Con todo y caballo me alevantó p’arriba un remolino de luz que nos hizo zampaos dentro de una jodida nave nodriza de los destraterrestres _como endespués vine a dame cuenta| cuando uno de los seres de adentro me lo dijo… Era una gente muy alta| de más de dos metros| muy buenos| que me dijeron a yo un montonón de cosas que se han ido cumpliendo con el paso del tiempo…
No voy a dentrar en detalles de lo que hablamos| largo y tendío… Lo que sí les digo es que me pasó algo juera de tuitica lógica: me llevaron un domingo en la madrugada y me devolvieron un miércoles en la noche| o sea| 4 días antes de cuando me llevaron… ¡Así como lo está leyendo! De esto| no le cuento más| porque en la de menos va a pensar usté que se me escurrieron las tejas y que estoy loco’e viaje…
Endespués de esa desperiencia| me dentraron unas ganas de conocer| aprender| dinvestigar; me puse a estudiar en la escuela noturnia de la noche de aquí… Asina| jue como saqué el diploma de sesto grado y he seguío estudiando el Machillerato por Badurez y leyendo todo lo que caiga en mis manos…
A yo se me despertó la concencia y empecé a empreocupame por los problemas del páis y asina jue como jundé mi propio partío político: el Partío ‘Uténtico Sonteño| el P.U.S.| llamao asina porque con él| cuando llegue yo a ser presidente de la República voy a sacale toda la pus a Costa Rica y a limpiale todas las inmundicias que han hecho los gobiernos de turno en los últimos 50 años… Y para eso voy a valeme de un olote| el que tenemos como símbolo en la bandera del partío| la cual se trata de un saco de gangoche con un círculo blanco en el centro y dentro de él el olote pintao…
Pero| no se priocupe| que yo| ñor Antenor| sigo siendo el mesmo campesino sencillo como calzón de manta y desde esta columnia le voy a contar anéudotas| chiles| aventuras y ocurrencias pa’ que usté goce un ratico y pueda salirse de esa rutina que a todos está matando con eso que llaman estrés…
Por ahora| sigamos ECHANDO PA’LANTE hasta la prósima ocasión…
 | Marcos Fco. Soto |