-¡Salú, amig@! ¿Qué tal? Dígame una cosa… ¿Me le llevaron el encargo..? ¿Cómo de que no..? (como dice aquella canción de Fernando Valadez). ¿No le llevaron los aguacates? Unos pocos nomás… Pos, va a perdonar porque o las cuentas no me salieron o alguien se lo “atipó” de camino…   ¡Ah, caray!- como dijo Abel Pa`l-techo… (Ver GLOSARIO de esta Edición al final del artículo)

     MATRIMONIO REQUETE-PENSADO…

Me ha pedío alguna gente amiga -entre ellas, la periodista ANITA OROZCO que les cuente un poco más de la historia de mi vida al lao deYanuaria, mi esposita del alma; asunto que conté, en su momento, cuando escribía pa’ un periódico de Puntarenas, hace como 7 años, pero no importa, yo estoy aquí pa’ complacerles… Voy a relatarles de como jue mi noviazgo con la doña…

En mis tiempos de juventú eso de los noviazgos era cosa formal. Cuando se pedía la Visita, de una vez el suegro ponía el plazo p’al casorio, que casi nunca pasaba de tres meses…    ¡Ah!, pero antes lo probaban a uno en asuntos de la bretiadera, pa’ asegurarse que la muchacha no iba a pasar hambres…

Las prebas iban desde el ordeño, pasando por el enyugao de bueyes, arar una manzana de terreno, la siembra de la mesma con algún cultivo, así como el ensillao de bestias, amansamiento de mulas, levantao de tucas de madera, picas de leña, chapia de rondas, poda de árboles, hasta el capar chanchos y novillos… ¡La carajada no era de jugar!

Yo, a mis 15 años, ya estaba pensando con quién podía casoriarme, cuando llegara el tiempo pa’ eso…    ¡Hombré! Y me voy dando cuen­ta que -dando un tiempito prudencial- en la Casa de ñor Espiridión Camacho se podían -bien, bien- “mear los horcones“…  Yo y Yanuaria ya “nos tirábamos palillos” desde hacía rato, en las salidas de misa de cinco de la mañana, los domingos, en el pueblo… ¿Y diay?, me puse a pensar que “el que siembra, cosecha“… Cogí valor y, asina con mis patas peladas, me dejé ir a conversarle al futuro suegro, que era un viejo tan amargao, exigente y tancabriao ¡como él solo!

Vea qué viejo más jugao… Empezando nomás, me citó pa’ probarme durante 15 días en la finca, pa’ darse cuenta de si aguantaba el trajín del trabajo de la finca; pos, él estaba seguritico de que yo me iba a apendejar ytirar la toalla, así iba a tener el pretexto de negarme la entrada a la casa pa’noviar con su hija…

¿Y diay? ¡Se fregó!    Pos, yo hacía más de lo que me mandaba a hacer y en todo anduve adelante. .. Y viera que aquel “hijo’e mil pesos” viejilloendespués no jallaba ‘ónde ponerme con alabancias como: -“¡Qué muchachitico más ‘vivo’! Que lo que tiene de baboso es sólo la cara, pero que también tiene iniciativa y…” ¡Bueno! ¡¿Ni pa’ qué le digo?!   Me tomó tanto aprecio el doncito que me contrató pa’ que trabajara con él, porque los dos hijos varones que tenía estaban muy chacalincillosAsina, me convertí en el brazo derecho de ñor Espiridión Camacho, quien llegó -por gracia del Padre Celestial- mi suegro…

Pos, como le iba contando, mi suegro, endespués de probarme en asuntos de trabajo, me habló del “pero” que existía, del cual yo ya tenía una idea… Pero, como le dije antes: “Hay que sembrar pa’ cosechar“,   ‘unque la cosecha se viera hasta 10 años endespués

Le suena bastante raro, ¿verdá? El asunto es que el viejillo Espiridión me aceptó como yerno… Pero el noviazgo con su hija Yanuaria dentraba en función hasta endespués de que pasaran 10 años… Que ¿porqué? Viera que me da un poquillo de pena decirle…

Pero… Es que Yanuaria estaba demasiado jovencilla: apenas tenía 5 años… ¡No me diga que yo era un sátiro! Pos, en aquella época yo tenía apenas 15 años… 0 sea, que apenas le llevaba 10 años y si era bonitica así de chacalina, ¿cómo lo sería ya de grande? ¡Ah, bárbaro!

Además, yo siempre estuve pensando pa’l futuro… Y también estaba dando más tiempo de la cuenta, pos en aquella época la gente se casaba de 13 años nomás… Y yo estaba dándole tiempo dos años más de feria…

Si, como dice aquel refrán: “Con paciencia y un garabato, hasta las verdes se apean“, yo podía bien espérame esos diez años ¡y hasta más!, de haber sido necesario…    ¿Y diay? Había que dejarla desarrollarse pa’ que luego pudieran venir nuestros hijitos…

Aquellos eran otros tiempos, más sanos, más sin malicia…

    Asina jue como ñor Espiridión, mi futuro suegro, me puso catorce mil reglas: desde cuándo y de qué podía hablarle a la chiquilla, hasta como podía conversarle pa’ no acortarle la niñez a Yanuaria; porque el señor era campesino legítimo, pero delicao; a él le gustaban los buenos libros y siempre quiso que yo aprendiera a leer y escrebir y a hablar bien, pero, usté sabe, uno jovencillo es bien jupón, pero ese será tema pa’ otro día…

Sí, hombré, casi que los primeros cinco años me los pasé jugando con Yanuaria y sus muñecas de trapo, en los raticos libres… Los otros cinco yajueron más en serio, eso sí, nada de agárrarle la mano ¡ni mucho menos un beso! ¡Dios librísimo! Porque siempre jui respetuoso de la palabra que le empeñé a mi suegro. Yo vine a saber lo que era un beso de Yanuaria el día del “matrinomio“…

Al prencipio, ñor Espiridión y ña Ricansia -mi suegra-, parecían “piñas mal peladas: sólo ojos”, vigilándonos; pero, ya endespués, cuando vieron que lachavalilla -como dicen los nicas- me “transaba en paleta”, al igual que el resto de la familia y que yo la respetaba siempre, jueronaflojando las riendas” y no tuvimos mayores problemas…

¿Y diay?, m’hijit@, llego el momento de despedinos. Venga p’hacele la señal de la cruz en la frente… Arrodíllese pa dale el bendito: “Que Tatica el Padre Universal me le bendiga y me le haga un(a)sant@, me le proteja hoy, mañana y siempre, y me le dé salú… ¡Asina sea!

Que Tata Colochos nos dé la oportunidá de seguir ECHANDO PA’LANTE… Hasta la prósima

GLOSARIO de esta EDICIÓN

Apendejarse: Acobardarse. Hacerse el inútil.

Asina: Así.

Atiparse: Llenarse.

Baboso: Tonto.

Bretiadera: Trabajadera.

Cabriao: Cabreado. Enojadizo, de mal humor.

Capar: Esterilizar animales, extirpándoles sus gónadas (glándulas reproductoras).

Carajada: Asunto, situación, cosa.

Casorio: Matrimonio.

Endespués: Después.

Chacalines: Niños(as).

Chavala(o): Niña(o). Viene del término castizo español “chaval”.

Enyugar bueyes: Juntar y amarrar los bueyes para las labores propias del campo (arar el terreno, transportar carga, etc.). Tan bien se utiliza el término “enyugar” como figura retórica de “juntar” o asociar a dos personas, ya sea para asuntos laborales o sentimentales…

Hijo’e mil pesos: Frase utilizada en forma jocosa para referirse a determinada persona, sin faltar al respeto “mentándole la madre”…

Jugao: astuto.

Jupón: Terco, necio.

Mear los horcones: Figura retórica jocosa. Demarcar el territorio, haciendo como ciertos machos de animales.

Mesma(o): Mismo(a).

Prebar: Probar.

Requete: Muy, demasiado.

Tirar la toalla: Darse por vencido. Viene de la jerga boxística.

Tirarse palillos: Coquetear.Llamar la atención de alguien en quien se tiene interés sentimental, con piropos, miradas

Trajín: Ritmo intenso, especialmente, de trabajo.

Transar en paleta: Sentir simpatía/aprecio por alguien.

Tucas de madera: Trozas, tallos/troncos de árboles cortados, especialmente maderables.

Vivo(a): Vivaz, audaz, astuto.