Por: Ñor Antenor Agüero

¡Salú| Amig@ Lector(a)! Que Tata Colochos me l@ tenga bien alentad@.

¡Hombré! De veras que entre más se vive| más cosas extrañas ve y conoce uno| y de ellas se aprende que –al decir de ñor Sócrates Alfaro| ese pensador que vivía por el lao de Puent’e Piedra de Grecia: “Sólo sé que no sé naditica”…

   (Observación: Para comprender el significado de algunas palabras| lea el Glosario de esta Edición| al final del artículo).

Algunas de esas vainas raras que he llegao a conocer| y que se relacionan con ‘chunches’| lugares| personas podría ir contándoselas| una a una| pa’ no agüevarlo… Por ahora| lo haré sobre…

La Silla del Juicio Final…

Con el primer chunche| todo empezó asina… Hace unos siete años| en casa de una familia muy honorable me contaron de una situación tremenda… Endespués de haberse muerto el jefe de la casa| quedó la silla de ruedas guardada en una bodega…

Pasaron los meses| y la suegra del finao se puso malita| ya de muy viejita| y ocupaban mover a la doñita dentro de la casa y pa’ sacarla a ‘asoliar’ un poco| pa’ que no se pusiera muy ‘mayate’ por estar a la puritica sombra todo el tiempo… A los tres meses| se despidió de este mundo…

Pero| cuando eso sucedió| naiden jamás pensó mal sobre la silla… No. Eso lo hacemos ahora que hemos venío atando cabos sueltos…

Y llegó otra ocasión de prestar la jodida silla de ruedas a unos amigos| pa’ poder movilizar al tata que había quedao ‘tullido’| luego de una cáida fatal que se dio en el baño… Estaba muy bien de salú| pues se trataba de ‘darle tiempo al tiempo’| mientras el viejito se amacizaba otra vez…

Pos| figúrese que el ‘roquillo’ solamente duró ocho días en aquella silla de ruedas y ¡se palmó! ¡Así como lo lee! De la nada| se las mandó a abrir pa’l otro potrero…

Áhi nomasito| se la prestaron a otra gente que tenían a una doñita recién operada de la ‘basílica beliar’ (vesícula biliar)… Ésa probe duró poco menos de ocho días y también ¡‘te dejó saludos’! –al decir de Martica Alpízar.

El siguiente| jue un parroquiano del lao de San Isidro de Miramar| que lo había atropellao un carro y jue a parar al Hespital Monseñor Sanaoria (no sé si se escrebirá así| si no| pos áhi perdone)… Ése| apenas ajustó los tres días y –también- se jue a servirle de sacristán a San Pedro…

Y mejor no sigo con el asunto| porque la cuenta llegó a 14 personas que ‘patearon el balde’ y se jueron pa’l Cielo… Bueno| esa es la fe…

Como buen descendiente que soy del Chamán (médico brujo) de Cabecera que atendía a la familia del Cacique Coyoche| y con mis conocimientos –que los tengo- en eso que mientan la Parapsicología –además de que soy detéctive| pos había estudiao eso con la ‘Jenfil Escul’| por correspondencia- me mandaron a llamar y me puse a investigar el caso…

La última víctima fue “LUCRECIA BORGIA”…

Como había que hacer una prueba| me di a la tarea de averiguar quién quería deshacerse de algún animal –convertío en tequio-| que estuviera jodiendo mucho a sus dueños| y que me sirviera pa’ los efectos…

Jue asina como llegué a la Casa Cural y le conté al Padrecito Godínez sobre el asunto y con esa mente abierta que siempre ha tenío| me dio algunos consejitos por si me topaba con algún espíritu medio endemoniao…

Y la buena suerte jue pa’ los dos… Pos| me dio el animal que necesitaba y él se quitó una brasa caliente de las manos: La famosa y viejísima lora (de 60 años) que había sido de ña Ruperta Canaletes| la ‘Madama’| dueña del primer y único prostíbulo que hubo en mi pueblito de Bestia Sonta| ‘onde todos los parroquianos varones en nuestra juventú íbamos a “ofrendar nuestra simiente” -al bien decir del Pueta Chinchilla… Mmmm…

Una digresión…

Vale hacer un paréntesis| pa’ mencionar que ña Ruperta había fallecido hacía pocos meses -en ese entonces-| y que vivió 120 años| lúcida y ‘pura vida’| y antes de morir –parece que ya ‘la olía’-| mandó a llamar al Padrecito Godínez| con quien no tenía muy buena relación por lo de la ‘competencia’ o rivalidá en materia de perder (ella) y de salvar (él) a las almas pecadoras…

Una vez allí| le prometió tres y le pidió otra cosa… Lo primero| que una vez que ella ‘sacara chispa’| naiden iba a seguir con el oficio de ‘Madama’ (alcahueta) y que se iba a cerrar pa’ siempre el negocio| el cual le donaba a la iglesia –por tinta y papel- pa’ que usaran el local como Escuelita Dominical| pa’ enseñar la doctrina cristiana allí…

La petición jue que se hiciera cargo de la lora que tenía en gran estima| y que debía tenerla en el solar de la Casa Cural| en ninguna parte más… De más está decirle que aquella lora era terriblemente bulliciosa… “como toda lora”-pensará usté; pero es que aquel TEQUIO (con letras mayúsculas) era el ser más malcriao| matrero| indecente| vulgar y hasta mal pensao -podría decirse… Aunque era un animal| era como tener a un demonio a la par… Viera los gritos| los jadeos| los relajos| y demás| que decía aquella bicha… Daba vergüenza oírla

Pero| el Padrecito Godínez se embarcó… Jamás de los jamases pensó que hacerse cargo de la lora “Lucrecia Borgia” -así se mal llamaba aquella pécora– iba a ser como entrar voluntariamente a los meriticos infiernos… Pues en eso se convirtió la vida del Padrecito| una vez que llevó a la Casa Cural a aquel engendro del pisuicas… Y no era pa`menos| con ese nombre| que era el de la hija del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia)| de ese ser depravao que llegó a tener relaciones con su propia hija| según dicen los libros de historia… ¡La Santísima Trenidá nos libre de energúmenos de ese tipo!

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